| Ariel Amroth | ||||||||||
|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
 Ariel, el Primer Perdido
| ||||||||||
Ariel Amroth era el primogénito del Rey de la Roca Ahren II, y habría sido el siguiente Rey de la Roca de no haber sido por los sucesos de la Guerra de la Roca y la Hoja. Gracias a su habilidad en batalla y su complexión física, en la capital le llamaban la Torre de Irdunmir. Es recordado por haber sido el primer y último elfo al que se le quitaron los dones de la inmortalidad y la magia, convirtiéndole en el primer humano como tal.
Juventud
Ariel era la luz de los ojos de su padre: tan diestro con los filos de las espadas como con las personas, sería un excelente Rey de la Roca algún día. Tenía en su hermano a su mejor amigo, por lo que la mayor parte de sus aventuras las corrieron juntos. Llegó a enfrentarse con su padre cuando este no quiso permitir a Geriel que estudiara lo que quería, y la afrenta no terminó hasta que Geriel le ordenó que parara.
Antes de partir a la guerra, Ariel se casó con la única joven que podría haber prendado su corazón, Riennhia. Ella también era guerrera, y luchó junto a él buena parte de las batallas de la Roca y la Hoja. Por más que ella no era de la nobleza del reino de la Roca, el rey Ahren II dio su visto bueno a su casamiento para consentir a su hijo favorito.
Hvitnaseidr y el Primer Perdido
El hermano menor de Ariel, Geriel, era un ambicioso mago. La mayor parte de su trabajo era teórico-experimental, por lo que a menudo debía hacer pruebas de campo y Ariel lo ayudaba. Sin embargo, cuando Geriel le pidió a su hermano mayor que le ayudara a adentrarse en el Niflheim para probar lo que él llamaba Hvitnaseidr, éste no sólo se negó a ayudarle, sino que discutió sobre lo incorrecto del hechizo. Es así que Geriel partió solo hacia el Niflheim, y Ariel quedó en malos términos con él.
Geriel murió practicando el Hvitnaseidr en la cárcel de los elfos, pero Ariel no lo supo hasta años más tarde: él estaba en la guerra, y junto a su padre creyó que su hermano no le contactaba por la discusión que habían tenido. Cuando la guerra concluyó, su padre murió a manos de Demathos Evenstall, quien estaba unificando a los dos Reinos. Herido por la pérdida de su padre y siendo que su madre había huído con el recién nacido Vaelon en sus brazos, Ariel salió en busca de Geriel. Lo buscó por meses, hasta que finalmente encontró su cadáver en en Niflheim. Quebrado por el dolor, Ariel recurrió a la Magia de los Espíritus para revivir a su hermano y regresar con él a su hogar. Cuando esto llegó a oídos de Demathos, Geriel fue devuelto a la muerte y a Ariel se le revocaron los Dones que los dioses habían dado a los elfos: el uso de la magia y la inmortalidad.
Luego de esto, Ariel vivió el resto de su existencia apartado de la sociedad élfica junto a su mujer, quien no abandonó su lado. Juntos concibieron a los que serían los últimos híbridos legales, y los primeros humanos. Es gracias a esta unión que los humanos tienen una escasa ascendencia élfica diluída con el tiempo y, en algunos casos, pueden dominar ciertas ramas de la magia a niveles limitados.