Los elementales son seres creados de materias puras que pueden encontrarse en prácticamente en cualquier lugar de la tierra. Fueron los primeros intentos de los Antiguos de crear vida consciente, pero no salieron precisamente bien: a pesar de que eran seres astutos y capaces de muchas cosas, buscaban constantemente complacer a los dioses sin poner cuidado en su propia existencia. Es por esto que los Antiguos intentaron otros métodos de crear vida consciente, eventualmente llevando a la existencia de los Nöhror.
Ningún elemental puede ser matado por ningún método, pero pueden ser divididos: al romperse, cada fragmento del elemental se convierte en un elemental por sí mismo. Pueden crecer absorbiendo materiales de sus alrededores: la única forma de evitar que un fragmento cortado de un elemental se convierta en uno y crezca exponencialmente es cortándolo con una hoja especial, imbuída con algún elemento mágico sobre el cual tenga dominio el propio ser (agua o hielo para elementales de agua, fuego o sombras para elementales de fuego, etc). La mayor parte de los elementales se encuentra hoy en día durmientes, pero despiertan ante ataques inminentes a los objetos que componen sus esencias.
Elementales de Agua
Son los elementales que más contacto han tenido con las Seis Razas
Estos seres de agua y hielo no poseen una forma física definida, ya que los elementales de agua no tienen la misma tendencia a la antropomorfia que se presenta en otros elementales. Es habitual que adopten la forma de serpientes marinas o monstruos similares, aunque cuando son pequeños suelen adaptarse a la forma de la fauna que ronden, y pueden tomar formas más aptas para andar en la tierra de ser necesario. A lo largo del tiempo han sido avistados por muchos humanos, generalmente en las formas de sirenas, merfolk, monstruos de su propia invención y seres de diversa índole, pero la mayoría han sido obligados a retroceder a lo más profundo del océano cuando se retiraron los dioses. Sin embargo, su composición es siempre la misma: hielo y agua.
Aborrecen al Kraken, y por ende a Amynae, por ser el causante de muchas muertes entre los suyos: el virulento y ácido veneno que cubre sus tentáculos les es fatal. Dominan las magias del agua y el hielo por naturaleza.
Elementales de Aire
Ninguna persona de las Seis razas ha sobrevivido un encuentro con estos elementales
Conocidos por los humanos como dragones, estos seres de aspecto similar a un reptil alado pueden controlar los centros de presión a gusto, modificando así las corrientes de viento. Suelen ser los más reacios a entrar en contacto con las Seis Razas. Se esconden en grandes cavernas, donde duermen, ocultos de los ojos de los humanos - y de todo lo que ronda la tierra, a decir verdad. Dominan las magias de aire y la energía por naturaleza. A pesar de su sólido aspecto, están íntegramente compuestos por aire: suelen utilizar partículas arrastradas en el viento para generarse una superficie tangible y aparentemente impenetrable.
De ellos depende la existencia de las delicadas sílfides, seres creados del propio aire que protegen y cuidan a los elementales del aire. Un elemental guardará ferozmente a las sílfides que haya creado, y quien ose siquiera perturbarlas puede estar seguro de que se ha metido en un buen lío. Si el elemental muere, todas las sílfides que haya creado mueren con él, por lo que a su vez es habitual que las sílfides protegan y cuiden a su creador hasta el último de sus días.
Elementales de Fuego
Rara vez se ven estos elementales fuera de la corteza terrestre
Estos monstruosos seres de lava y roca al rojo vivo fueron creados con sombras y fuego. Adoptan formas diversas, generalmente masivas y con un tinte antropomórfico, aunque hay leyendas que cuentan que algunos adoptaban formas similares a las de animales y es sabido que en particular un rey élfico del Reino de la Roca tuvo a un elemental de fuego por consejero, que había tomado la forma y el tamaño propios de cualquier elfo (con la pequeña diferencia de que todo su cuerpo estaba compuesto por llamas, lava y sombras). Queman todo lo que tocan, pero a pesar de esto y de su generalmente temible aspecto suelen ser seres extremadamente pacíficos y tranquilos. Por su capacidad destructiva han sido relegados a vivir bajo la corteza terrestre, en lo más profundo de volcanes y cuevas desconocidas por el hombre, y hay historias que cuentan que el propio centro del planeta es un gran elemental que espera ser despertado. Dominan las magias del fuego y las sombras por naturaleza.
Elementales de Tierra
En cuanto a fuerza son los elementales más poderosos creados por los Antiguos
Estos seres, incorporados a las leyendas humanas como trolls o golems, están compuestos por piedras y metales y suelen adoptar formas antropomórficas. Se cuentan entre los elementales más fuertes físicamente y suelen tener armas hechas por ellos mismos como enormes espadas o mazas que ningún elfo podría levantar. Han sido obligados por los dioses a hibernar, pasando a mezclarse con montañas y montes pequeños: es por esto que muchos elfos hablan de los tiempos en los que los Alpes caminaban. En aquellos años, en las épocas en las que los elfos aún vivían en reinos separados, no era poco común que herbolarios y ritualistas tuvieran pequeños elementales de tierra como mascotas o compañeros. Se sabe que el rey Drieth Evenstall, padre de Emereth y Allinde Evenstall, logró despertar y mantener vivos a algunos pequeños elementales de tierra que le acompañaron hasta el día de su muerte. Dominan las magias de la tierra y los metales por naturaleza.
Elementales de Vida
Hace más de cuatro siglos que nadie ve uno de estos seres
Estos seres compuestos de madera y que recuerdan un poco a la figura de un árbol dominan la flora, pudiendo emplearla como arma y armadura. También tienen cierto control sobre los seres vivos del reino animal, pero es limitado, y lo pueden perder en cualquier momento. Desde que los dioses se lo ordenaron, todos los elementales de este tipo se han relegado a antiguos bosques. Han llegado a desarrollar profundos vínculos con los bosques en los que habitan hoy en día, llegando al punto de sufrir físicamente cuando los humanos talan sus árboles y cazan sus animales. Dominan la magia de la vida por naturaleza.